07/03/2021

La sabiduría de la ciencia, ¿una locura?

El método – ayer y hoy – programa especial nro. 1: La sabiduría de la ciencia, ¿una locura?

La ciencia que hoy conocemos surgió originalmente de la filosofía (literalmente «amor a la sabiduría»), por ejemplo, en la antigua Grecia, y la base fue la observación de la naturaleza. Más tarde, la ciencia cayó bajo el dominio y control de la Iglesia. Hasta el día de hoy la Iglesia de Roma exige: «La investigación científica nunca debe ignorar el hecho de que no puede haber contradicción entre la palabra de las Sagradas Escrituras y los resultados de la ciencia».

Giordano Bruno, que rechazó el dogma de la Trinidad y enseñó que la Tierra giraba alrededor del Sol, fue quemado vivo por ello, Galileo Galilei escapó a la ejecución solo después de retractarse. Con la ayuda de la llamada Academia Pontificia de las Ciencias, entre otras, la Iglesia ejerció influencia en el siglo XX, lo que conduce a tener que plantear la pregunta fundamental: ¿De dónde obtuvo la ciencia al fin y al cabo y sigue recibiendo hoy sus instrucciones, su inspiración, directa o indirectamente? El estado en el que se encuentra la Tierra y la humanidad puede darnos una respuesta, y en todos los ámbitos se pueden ver desarrollos que como pocos han contribuido al sufrimiento, la agonía y la muerte. En la física (bombas atómicas y otras armas, centrales nucleares), en la química (toxinas ambientales, gases venenosos y nerviosos como armas químicas, residuos químicos en el agua potable, drogas, residuos plásticos, etc.), en la medicina (la definición de la «muerte cerebral» como presunta muerte para hacer trasplantes de órganos, en muchos casos la negación de las causas anímicas de las enfermedades y las terapias que resultan de ello), en la agricultura (pesticidas, herbicidas, manipulación genética), en la biología (clones, manipulaciones, extinción de especies), en la geociencia (la explotación de la tierra, fracking), en la ingeniería (residuos eléctricos, contaminación por radiación), etc. y en todo: experimentos con animales y tortura animal sin fin, aprobados por la Iglesia del papa y su doctrina: «Los experimentos científicos con animales son moralmente permisibles dentro de límites razonables», siendo que «límites razonables» significa prácticamente ilimitados.

También se podría decir que según la doctrina eclesiástica de la supremacía de la «espada espiritual» sobre la «espada secular», la exigencia de dominio de la Iglesia del Vaticano sobre la ciencia sigue teniendo validez. Las personas afiliadas a la Iglesia que se dedican a la ciencia reciben las indicaciones a través de las doctrinas de su Iglesia. En la recopilación de dogmas se puede leer literalmente la amenaza de la Iglesia que dice: «Quien diga que las ciencias humanas deben ser tratadas con tal libertad que sus afirmaciones tienen que tomarse como verdad y no pueden ser rechazadas por la Iglesia (…) anatema sit (=que sea condenado).

¿Las diversas indicaciones a la ciencia provienen entonces de Dios, el Eterno, o surgen de la locura del adversario de Dios, que en su engaño creyó y sigue creyendo que puede ser como Dios?

La Tierra se defiende, a esto ahora se le llama cambio climático, y con ello está recibiendo una respuesta. Vea este apasionante coloquio sobre este tema con científicos, dos médicos, un experto en teología y un sociólogo.

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