07/03/2021

El modelo de negocio de la Iglesia: Desde la cuna hasta el sepulcro – los años de seguro personal

El método – ayer y hoy – nro. 7: El modelo de negocio: Desde la cuna hasta el sepulcro, los años de seguro personal

Al comienzo de la vida de cada persona, para los representantes del modelo de negocio de la Iglesia está el bautismo, con el que ya convierten a los bebés en miembros de la Iglesia y, por tanto, en futuros contribuyentes de la Iglesia. Si las personas supieran lo que realmente ocurre, o lo que se está imponiendo a los niños pequeños sin su consentimiento, serían muchos menos los que someterían a sus hijos a este procedimiento. Este también incluye un exorcismo o fórmulas eclesiales exorcistas, porque se supone que el bebé tiene la carga del pecado original. En la primera parte de este programa se informa de forma comprensible, y a modo de advertencia, sobre el bautismo de la Iglesia y sus trasfondos.

Especialmente en las zonas rurales, el modelo de negocio de la Iglesia se impone en todos los ámbitos: desde el coro de la Iglesia y la fiesta de los bomberos con la bendición del cura católico o del pastor protestante, hasta haciendo que se prescinda de los servicios de los obreros que se han atrevido a salirse de la Iglesia. Además de los impuestos, las subvenciones y las «ayudas» del gobierno, la Iglesia recauda abundantes tasas y donaciones, hasta en forma de sobres con dinero cuando se trata de la «extremaunción» y recibiendo considerables legados en testamentos, por los que muchos miembros de la Iglesia esperan una compensación para la salvación de su alma en el Más allá.

En este programa también se informa sobre el dogma católico supuestamente infalible de las dos espadas, según el cual la «espada espiritual» de los sacerdotes está por encima de la «espada secular» de los políticos, que deben someterse a la «espada espiritual». También se informa sobre lo que un papa ha escrito en la recopilación de dogmas: Él es comparable en su cargo con el sol, los Estados con la luna, que son iluminados por el sol.

En 2011, las dos espadas estuvieron activas en Alemania. El Presidente Federal, Christian Wulff, había criticado tímidamente al papa Benedicto XVI y tuvo que dimitir poco después, supuestamente debido a pequeñas irregularidades financieras. Según la doctrina eclesiástica, los políticos tienen que cumplir la voluntad de la Iglesia, y muchos de ellos también ejercen un cargo eclesiástico honorífico. Los políticos de alto rango rinden continuamente homenaje al líder supremo de la Iglesia en las audiencias que se celebran en Roma, lo que también hacen los políticos protestantes, a pesar de que sobre la cabeza de todos los no católicos se cierne el «anatema sit», que es la fórmula católica en los dogmas que maldice a todos los que no se someten a la Iglesia del Vaticano.

La historia de la Iglesia está llena de informes sobre robos, fraudes, captación de herencias, guerras, asesinatos y destrucción, y según el principio «es más loable tomar que dar», las instituciones religiosas han acumulado una riqueza inconmensurable. Además, hasta el día de hoy la Iglesia es prácticamente colmada con medios económicos por parte de los representantes del Estado.

Por ejemplo, ¿sabía usted que los sueldos de los altos cargos de la Iglesia son pagados directa o indirectamente por el Estado? Normalmente no se hace de forma tan descarada como en el Estado alemán de Baviera, pero en realidad es similar en casi todas partes. Además de los sueldos de los obispos, el Estado alemán financia, por ejemplo, los salarios de 14 de los llamados dignatarios, de 60 canónigos, de 42 vicarios de catedral, de ocho obispos auxiliares, de siete vicarios generales, de siete secretarios episcopales. También hay una cantidad proporcional de financiación estatal para los obispos protestantes regionales y otros empleados de la Iglesia protestante, todo a expensas del Estado, es decir, de innumerables personas que no tienen nada que ver con la Iglesia ni quieren tener nada que ver con ella.

Este programa informativo pretende ayudar a que todas las personas de buena voluntad que buscan la verdad tengan una buena orientación. Cada persona puede apoyar a quien quiera, pero el Estado debería acabar de una vez por todas con la financiación ilimitada de las dos grandes religiones, la católica y la protestante, como está escrito desde hace mucho tiempo en la Constitución alemana, que hasta hoy aquí no es respetada por los políticos.

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